Los ejercicios compensatorios son un elemento fundamental que debe estar arraigado a la salud en el trabajo. En cada sector económico aumentan las probabilidades de sufrir lesiones principalmente por cansancio laboral. Aquí te enseñaremos la importancia de la recuperación del cuerpo y los tipos de movimientos que necesitas hacer para activar tu rutina, desenvolverte sano y productivo.
Las exigencias físicas de una jornada laboral involucran factores de riesgos ergonómicos, tales como posturas estáticas, forzadas y repetitivas, las mismas que afectan de manera casi inmediata el sistema musculoesquelético.
Fuente: EIE.
Es la acción de movimientos eficientes que controlan, reducen y eliminan la tensión secundaria de trabajos forzados, malas posturas y jornadas de más de 3 horas donde se trabaje en una posición pasiva, como ejemplo común se producen en las tareas de ingeniería o administrativas.
Los ejercicios compensatorios se denominan también como pausas activas para mejorar la movilidad, desempeño y bienestar de tu salud tanto física, mental y emocional. De forma complementaria colaboran con la prevención de alteraciones musculares, dolores e indisposiciones laborales.
“La actividad física laboral es el complemento perfecto para mejorar la salud en el trabajo”.
La salud en el trabajo se debe planificar. Programar pausas activas de manera formal, es una actividad que se realiza entre descansos durante la jornada laboral, donde se practican estiramientos y ejercicios que regresen la fuerza al cuerpo.
“Realizar esta rutina como un hábito saludable te ayudará a alternar posturas de trabajo”.
Una de las medidas para prevenir esta situación es planificar y programar un sistema formal de pausas. Pueden utilizarse para alternar la postura de trabajo o realizar actividades física compensatoria periodos cortos como descanso.
La orientación de una pausa activa debe ser a las extremidades superiores e inferiores como lo son: el cuello, espalda, cintura escapular y región torácica que han de ser las que más reciben el impacto de cargas en el trabajo.
Aumentan el flujo de sangre de los músculos grandes principales: pectorales, dorsales, cuádriceps y del CORE como los paravertebrales, abdominales, oblicuos y gluteos aportando el oxígeno que necesitan para prevenir la fatiga muscular. de movimientos violentos o bruscos.
Estos ejercicios de estiramiento someten a los músculos a una tensión o fuerza que lo deforma longitudinalmente, en un tiempo que varía y a una intensidad exacta.
Preparan el músculo para la actividad compensatoria, volviéndolo a la posición de reposo cuando se termine relaja el aparato locomotor formado por el sistema osteoarticular (huesos, articulaciones y ligamentos) también el sistema muscular de (músculos y tendones).
“Todos ellos mejoran la flexibilidad, capacidad y reactivación de los tejidos”.
Los ejercicios compensatorios poseen fundamentos específicos, no es recomendable improvisar movimientos que puedan tener en consecuencia una lesión. Para conseguir los efectos positivos que esperas:
Se deben organizar como programas preventivos de manera formal en el trabajo para realizarlos en un tiempo corto pero beneficiosos para todos dentro de la empresa.
Recomendamos realizarlos de acuerdo a la metodología que cada uno indique, no basarlo en improvisaciones que lleguen a consecuencias inesperadas. Conoce cada uno y tomate unos minutos para realizarlos diariamente:
Actualmente cada individuo ha integrado el autocuidado, evidentemente para preservar la buena salud, mejorar el estado físico, la salud mental y emocional que necesitas para salir adelante y prevenir.
Pero sabemos que una empresa saludable no carece de estos beneficios asociados a la promoción de la salud, por ello es importante incluir programas de pausas activas con ejercicios compensatorios que disminuyan el desincentivo laboral y le dé continuidad a los objetivos de la empresa.