alimentación saludable en el trabajo
Alimentación saludable en el trabajo
En la sociedad actual, donde el ritmo laboral es frenético y el estrés es común, mantener una alimentación saludable puede ser todo un desafío. Sin embargo, es fundamental adoptar hábitos alimenticios adecuados en el entorno laboral para asegurar el bienestar físico y mental de los empleados. Aquí te presentamos una guía detallada con consejos prácticos para mejorar tu alimentación durante la jornada laboral y potenciar tu rendimiento:
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Planificación y preparación:
La clave para una alimentación saludable en el trabajo radica en la planificación y preparación previa. Dedica un tiempo los fines de semana para planificar tus comidas de la semana, incluyendo almuerzos y snacks. De esta manera, evitarás recurrir a opciones poco saludables por falta de tiempo o disponibilidad.
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Elección de alimentos saludables:
Opta por alimentos frescos y naturales que te brinden nutrientes esenciales para tu cuerpo. Incorpora frutas, verduras, proteínas magras como pollo, pescado o legumbres, y granos integrales como arroz integral o quinua. Evita los alimentos procesados y ricos en azúcares añadidos, ya que pueden provocar picos de energía seguidos de caídas bruscas ocasionando episodios de letargo y sueño.
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Snacks saludables:
Mantén a mano snacks nutritivos para satisfacer tu hambre entre comidas principales. Por ejemplo, un puñado de frutos secos (30-40 gr) de almendras o nueces o castañas, 1 vaso de yogurt natural bajo en grasa, 1 barra energética a base de cereales andinos, piqueo de palitos de zanahoria o apio con hummus son excelentes opciones para mantener tu energía durante la jornada laboral.
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Hidratación adecuada:
Recuerda mantener una adecuada ingesta de líquidos a lo largo del día para mantener tu concentración y bienestar general. Además de agua, puedes optar por infusiones sin azúcar, que además de hidratarte, aportan antioxidantes beneficiosos para la salud.
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Estrategias para comer conscientemente:
Practica la alimentación consciente, es decir, presta atención plena a tus comidas y evita comer de forma apresurada o distraída. Tómate el tiempo para saborear cada bocado y disfrutar de los aromas y sabores de tus alimentos. Además, realiza pausas para comer lejos del escritorio y desconectar por unos minutos.
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Almuerzos saludables fuera de casa:
Si comes fuera de casa, elige opciones saludables en restaurantes o establecimientos cercanos. Opta por ensaladas frescas, wraps integrales o bowls que contengan proteínas magras (pollo, pavo, atún, etc.) y variedad de vegetales. También puedes llevar almuerzos preparados en casa como lonchera, asegurándote de incluir una variedad de grupo de alimentos nutritivos y porciones adecuadas.
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Desayuna antes de salir de casa:
El desayuno es la comida más importante del día, ya que te proporciona la energía necesaria para afrontar la jornada laboral. Opta por un desayuno equilibrado que incluya proteínas, carbohidratos y grasas saludables, donde puedas incluir huevos revueltos con palta, tostadas integrales con tajada de queso fresco, yogur natural con granola bajo en azúcar acompañándolas con fruta picada o entera.
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Come algo en los intermedios:
Evita pasar muchas horas sin comer y llegar al almuerzo o cena con hambre excesiva para ello sería necesario el consumo de un snack saludable. Una pieza de fruta, un puñado de frutos secos, una porción de yogurt griego, 3-4 unid de galletas de arroz con queso fresco o aceitunas; son opciones rápidas y nutritivas que te ayudarán a mantener tu energía y concentración.
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Reduce el consumo de cafeína:
Si bien una taza de café puede darte un impulso de energía, el exceso de cafeína puede causar nerviosismo y dificultades para conciliar el sueño. Limita tu consumo de café y otras bebidas cafeinadas, y opta por alternativas como agua o infusiones.
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Después de comer, pasea un poco:
Después de comer, aprovecha para dar un paseo corto fuera del lugar de trabajo. Caminar ayuda a mejorar la digestión, reducir el estrés y aumentar la energía, lo que te ayudará a afrontar la tarde con más vitalidad.
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Aprende a decir «no»:
En el entorno laboral, es común enfrentarse a situaciones donde se ofrecen tentaciones poco saludables, como dulces o snacks procesados. Aprende a decir «no» de manera asertiva y prioriza tu bienestar físico y mental.
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Date un capricho de vez en cuando:
Permitirte disfrutar de un antojo de vez en cuando es parte de una alimentación equilibrada. No te castigues por comer algo que te gusta ocasionalmente, pero recuerda hacerlo con moderación y compensarlo con hábitos saludables el resto del tiempo.
Adoptar una alimentación saludable en el trabajo no solo beneficia tu salud a corto plazo, sino que también contribuye a tu bienestar a largo plazo y mejora tu desempeño laboral. Incorpora estos consejos en tu rutina diaria y experimenta los beneficios de una alimentación equilibrada.
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